Curiosa y divertida la situación que se vivió en un partido de korfball, un deporte en el que participan hombres y mujeres a la vez. Resulta que uno de los árbitros fue a pitar con tanto ímpetu una acción antirreglamentaria que se comió a una jugadora.
Se quedó arrimando cebolleta por detrás y eso hizo que el público no pudiera evitar las risas. El colegiado se puso rojo como un tomate y se disculpó ante la jugadora inmediatamente después de recobrar la vertical. ¡Menudo papelón!