Una de las jugadas más surrealistas de la historia de la NBA se vivió ayer en Dallas. Los Mavericks ganaban por dos puntos y Andre Iguodala se tenía que jugar la canasta de la victoria en el último suspiro. El jugador franquicia de los Philadelphia 76ers lanzó como pudo y su compañero Samuel Dalembert taponó un tiro que parecía que iba a entrar. ¡Increíble!