Los disturbios del 29M en Barcelona fueron lamentables. Ninguna causa justifica una actuación tan salvaje. Muchos comercios fueron atacados y se quemaron decenas de contenedores. Además, se vivieron situaciones dramáticas en algunas tiendas, como por ejemplo en una de Chicco que fue atacada por los más radicales sin piedad. La dependienta lloraba y advertía de que dentro había niños. Por suerte la cosa no pasó a mayores.