Erizo en apuros por culpa de un recipiente de plástico

erizo
Bueno, la culpa en sí no la tiene el recipiente de plástico. La culpa la tiene el cerdo que lo lanzó al suelo. El pobre erizo se quedó con la cabeza metida dentro y no sabía cómo quitárselo de encima. Menos mal que al final alguien le vio y pudo respirar tranquilo.

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