Los 4.229 pasajeros del crucero Costa Concordia vivieron este pasado fin de semana una auténtica pesadilla más propia de una película de terror. La embarcación se quedó encallada frente a la isla de Giglio, en Italia. De momento se desconocen las causas del naufragio, aunque la compañía encargada de organizar el viaje atribuye la desgracia a un error humano del capitán, quien por cierto está en estos momentos detenido porque se le acusa de tres delitos.

Francesco Schettino ha sido acusado por la fiscalía de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del barco. Él se ha justificado diciendo que las rocas contra las que chocó el crucero no aparecían en el mapa. Además, ha comentado que no fue el primero en abandonarlo como se dice.

Sea como sea, el caso es que ya hay 6 víctimas (entre ellas un español de 68 años) y 15 desaparecidos. Bomberos y buzos no cesan en la búsqueda de estos últimos.