Esperanza Aguirre ha sido protagonista de muchas portadas en los últimos días, pero desgraciadamente no lo ha sido por los motivos que realmente importan. Se ha descubierto el déficit oculto de la Comunidad de Madrid, que finalmente ha resultado ser del doble de lo que habían anunciado en un principio. ¿Ante todo esto cómo actuar? Desviando la atención.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha hecho unas lamentables declaraciones en los últimos días sobre la final de la Copa del Rey que se disputará esta noche en el Vicente Calderón. Ha comentado que sí los aficionados del Barça y el Athletic de Bilbao pitan al Príncipe o al himno de España el partido debería suspenderse. ¿Dónde está la libertad de expresión?

El caso es que los políticos y la monarquía se van apoyando. Todos están chupando del bote y no conviene que los ciudadanos dediquemos tiempo a analizar todas las triquiñuelas que están dispuestos a hacer para llenarse los bolsillos como han hecho siempre. Qué vergüenza de país…