Lo más normal sería que el pez que protagoniza el siguiente vídeo se fuera hasta la otra punta al ver las manos de una persona que quiere tocarlo. Nos guste o no, no les gusta relacionarse con nosotros.
Sin embargo, y por increíble que parezca, el que verás a continuación está encantado de la vida. Se deja acariciar, e incluso no le importa salir a la superficie para después ser lanzado al agua. Raro es, desde luego.
Curioso el vídeo que veréis a continuación. Un par de cisnes demuestran su generosidad al compartir comida con los peces que viven junto a ellos. Se comportan mucho mejor que algunas personas, así que espero que este vídeo lo vean los políticos, banqueros y empresarios corruptos que viven en este país.
El tiburón que aparece en el siguiente vídeo es más listo que el hambre. Para llenarse la barriga aprovecha que hay una red de pesca con miles de peces. Se acerca a ella, abre la boca y empieza a comer. ¡Fácil!
Por desgracia, algunos peces tienen que convivir con un anzuelo durante mucho tiempo. El pez globo que aparece en el siguiente vídeo tuvo más suerte, pues un submarinista decidió quitárselo al ver que tenía serios problemas para nadar.
Hay una especie de pez que es capaz de andar. Los de National Geographic nos lo demuestran con el siguiente vídeo.
Los energúmenos que utilizan punteros láser en los campos de fútbol también hacen de las suyas cuando están fuera de ellos. A continuación podéis ver un ejemplo con varios peces como víctimas.
No os perdáis el ataque de unas carpas saltarinas que se cebaron con los pasajeros de una embarcación que atravesaba un río. Al principio se reían mucho, pero luego más de uno pasó un mal trago, especialmente los niños.
¿Queréis ver el acuario más pequeño del mundo? Lo ha creado Anatoly Konenko y tiene unas dimensiones de 30 x 24 x 14 mm. Está fabricado con fibra de vidrio y da cabida a 10 ml de agua. Incluso cuenta con varios peces que no superan los 4 mm.
Un banco de peces es capaz de marear a un tiburón. En el siguiente vídeo podéis ver a un escualo bastante perdido ante tanto movimiento.
Los pobres peces tienen que buscarse la vida como sea. A veces no lo tienen fácil para alimentarse, por lo que siempre agradecen cualquier regalo en forma de comida procedente de los turistas. Da igual lo que sea, la cuestión es comer algo.
