BMW lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a conseguir algo tan difícil como crear un coche que no solo sorprende por su deportividad, sino que también enamorar por su elegancia y por el equipamiento que incluye.

A cualquiera de nosotros nos gustaría conducir el nuevo BMW M5, una máquina espectacular que monta un motor V8 sobrealimentado de 4.4 litros que se beneficia de la tecnología TwinPower Turbo. Entrega nada más y nada menos que 600 CV de potencia y 750 Nm de par máximo.

Prestaciones de ensueño

Con semejantes cifras es normal que pueda acelerar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos, una cifra que es mejor que la de uno de sus principales competidores, el Audi RS 6 Avant Performance. La velocidad punta, eso sí, está limitada electrónicamente a 250 km/h, aunque de forma opcional podemos adquirir el paquete M Driver, que acaba con dicha limitación para que podamos ponernos a 305 km/h.

Características que desvelan sus intenciones

Hay dos modos de conducción disponibles y detalles que hablan de su deportividad. Por ejemplo, las llantas de aleación de 19 pulgadas de diámetro, que de forma opcional pueden ser de 20 pulgadas para ir montadas en unos neumáticos de 275/35 delante y 285/35 detrás.

Del interior podemos destacar el tapizado en cuero de sus asientos, que por cierto cuentan con calefacción y ajustes eléctricos. Como extra siempre estás a tiempo de pedir unos asientos que son todavía más cómodos y lucen el emblema «M» iluminado.