Hay que tener mucho cuidado porque pervertidos hay en todas partes. En el metro de París se produjo hace unos días una situación bastante desagradable que varias mujeres tuvieron que vivir en sus propias carnes. Por suerte la cosa no pasó a mayores.
Hay que tener mucho cuidado porque pervertidos hay en todas partes. En el metro de París se produjo hace unos días una situación bastante desagradable que varias mujeres tuvieron que vivir en sus propias carnes. Por suerte la cosa no pasó a mayores.