Todos nos hemos preocupado alguna vez por las personas que lo están pasando muy mal a nivel económico. A nadie le gustaría encontrarse en la misma situación, pero todo el mundo puede acabar así algún día.
Por eso, y por solidaridad, deberíamos ayudar a quienes lo necesitan. En el fondo todos queremos que nadie sea pobre, pero a la hora de extender el brazo mucha gente se arruga. El siguiente vídeo es una clara demostración.