Los políticos españoles no se conforman con ser mafiosos. También han de ser maleducados. Lo ha demostrado Luis de Guindos, el ministro de Economía. Ayer, en Bruselas, un micrófono abierto le jugó una mala pasada. Había mandado a «tomar por culo» a los periodistas, quienes intentan hacer su trabajo como buenamente pueden.
Es alucinante, que se vayan a tomar por culo.